Sexo en la vejez: sano para las mujeres, arriesgado para los hombres

Los hombres no lloran, dice el dicho popular, que podría completarse con otra frase igual de absurda: la gente mayor no hace el amor. Porque el sexo en la tercera edad es tan tabú como las lágrimas masculinas lo han sido clásicamente.

Pero he aquí a un socióloga de la Michigan State University que decidió que, por tabú que fuera, las prácticas sexuales de los más senior tenían que estudiarse y analizarse además su impacto en la salud. Los resultados no agradarán a muchos de nuestros mayores: en concreto, a alrededor de la mitad.

Porque tras escrutar los datos de dos encuestas llevadas a cabo con cinco años de diferencia en un grupo de 2.204 voluntarios de entre 57 y 85 años de edad, se demostró que esa creencia asimilada de que el sexo siempre es bueno, no es verdad para todos.

Lo que hicieron los investigadores dirigidos por Hui Liu fue comparar la salud de hombres y mujeres y cruzar esos datos con la frecuencia con la que declaraban practicar sexo. 

Y resultó que los hombres más mayores que hacían el amor al menos una vez a la semana eran casi dos veces más proclives a experimentar eventos cardiovasculares cinco años después que aquellos que se habían mantenido sexualmente inactivos.

Problemas cardiovasculares

La investigación, publicada en la revista Journal of Health and Social Behaviour no sólo se fija en la frecuencia con la que los participantes afirman copular, sino también con cómo definen la calidad del sexo. 

Y vuelven a llegar más malas noticias para los varones: mientras que el corazón (físico) de las mujeres se beneficia de un sexo de buena calidad, al de los hombres les sucede lo contrario, los que encontraban más satisfactoria la unión carnal con sus parejas tenían más riesgo cardiaco que aquellos a los que el asunto les daba un poco igual.

«Esto desafía la creencia generalizada de que el sexo implica uniformes beneficios de salud para todo el mundo», explica Liu, que desgrana qué efectos sobre la salud cardiovascular se han analizado: hipertension, arritmias, un nivel alto de proteína C-reactiva y eventos cardiacos en general: infartos, fallo coronario e infarto cerebral.

Para los autores hay una explicación sociopsicológica detrás de este asunto y no es otra que la frustración. 

«Como los hombres más mayores tienen más difícil alcanzar el orgasmo, se exigen más y se cansan más intentándolo, lo que crea más estrés en su sistema cardiovascular», comenta la principal investigadora.

La socióloga concluye con un mensaje que anima a los hombres: no se trata de evitar del todo el sexo, sino de tomárselo con calma, tanto en cantidad como en calidad.

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